Descubre el Bierzo

El pueblo de la novia

Villaverde de la Abadía

A los pies de la Montaña de San Juan se enclava la localidad, rica en terrenos de cultivos, sus festividades en honor a su patrón San Blas y San Roque, y sobre todo sus gentes. Se destaca la iglesia de san Blas que cuenta con un retablo del siglo xviii realizado por Lucas Formente, escultor villafranquin o el Belén artesano.

Su ya famoso puente colgante artesano sobre el Río Sil, hecho por los vecinos para el acceso, tanto a las fincas y viñedos del otro lado del río, como para llegar a las Barrancas de Santalla del Bierzo, San Juan de Paluezas o el El Castrelín, un castro astur situado en las inmediaciones de la mina romana que fue abandonado poco antes de iniciarse los trabajos en las Médulas

La ciudad del novio

Ponferrada

La ciudad de Ponferrada tiene su origen en la Edad Media surgiendo como asentamiento alrededor del Camino de Santiago.

El principal emblema de Ponferrada es el Castillo de los Templarios, una impresionante fortaleza medieval construida entre los siglos XII y XIV.

A los pies del castillo se encuentra el casco antiguo, un entramado de calles empedradas y plazas con encanto donde destacan la Basílica de la Encina, el Museo del Bierzo, y la Plaza del Ayuntamiento, centro neurálgico de la vida social y cultural de la ciudad.

Otro punto de gran interés es el Museo de la Radio Luis del Olmo, único en España.

Su condición de centro geográfico del territorio hace que Ponferrada sea el punto de partida ideal para acercarse a conocer una tierra llena de magia en su paisaje e historia: El Bierzo

Patrimonio de la humanidad

Las Médulas

Las Médulas, considerada la mayor mina a cielo abierto de la época romana y declarada Patrimonio de la Humanidad, va más allá de este paisaje de singular belleza rodeado de castaños centenarios, lagunas, lagos, picos y galerías. Es una de las mayores obras de ingeniería de la Antigüedad.
Un paisaje cultural que muestra la acción del ser humano sobre la naturaleza.

Paraje único

Peñalba de Santiago

Peñalba de Santiago es uno de los pueblos más emblemáticos y mejor conservados de la comarca del Bierzo, en la provincia de León. Situado en pleno Valle del Silencio, a los pies de los Montes Aquilianos, este pequeño núcleo rural destaca por su belleza, su tranquilidad y su profundo valor histórico y cultural. Declarado Conjunto Histórico-Artístico, Peñalba parece detenido en el tiempo, ofreciendo al visitante una experiencia auténtica y serena.

Paso de peregrinos

Molinaseca

El Camino de Santiago cruza el pueblo a través de la típica y monumental Calle Real, que nace en el Puente de los peregrinos y llega a su final a los pies del viejo crucero de piedra, dos símbolos inequívocos de nuestra tradición jacobea, como también lo son el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, patrona del pueblo y nuestra iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari así como la Ermita de San Roque hoy transformada en albergue de peregrinos.

Prada a Tope

Palacio de Canedo

El Palacio de Canedo es un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León. Lleva, al menos, tres siglos dando vida a la tierra que lo rodea, especialmente viñedos. Del vino vivían los Señores de Canedo, que elaboraban, criaban y almacenaban en la bodega que hoy hemos convertido en tienda.

Camino de Santiago

Villafranca del Bierzo

Villafranca la antigua capital del Bierzo, además del Camino de Santiago, Villafranca es conocida por su valor histórico y artístico, y también por formar parte de la Reserva de la Biosfera de Ancares Leoneses. Sus ríos y montañas, sus monumentos y zonas naturales, sus senderos y viñedos, y su arquitectura, despertarán todos tus sentidos. Su visita te hará revivir un pasado que es presente.

Ancares

Balboa

En la Edad Media fue escenario de violentos combates entre leoneses y gallegos, significando su ubicación estratégica los restos del Castillo de Balboa.
Conseguida la paz, la construcción de la iglesia de Santa Marina en el s. XVI sobre otra románica.

Recorrer sus caminos, entrar en sus pallozas, nos retrotraen sensaciones ya olvidadas, ahora desveladas por la belleza de lo primitivo y natural.